Tras mucho viaje y mucho (mucho, mucho) vagueo, voy a volver a hablar de un disco. Un disco de, como leí por ahí, “uno de los grandes entre los pequeños”, un grupo que si hubiera seguido con su uniformidad habría sustituído a algunos de los Cuatro Grandes sin ningún problema, ya que éste CD junto a su siguiente y su anterior, elevaron a Testament a la fama del underground de
El álbum se abre con las guitarras acústicas que se convierten en todo un trallazo llamado “Eerie Inhabitants”, mi preferida, que pasa a la que le da el nombre al disco “The New Order”. Seguidamente, “Trial By Fire” (cuyo videoclip es muy recomendable) da paso a la cañera y muy conocida “Into the Pit”. A partir de aquí, el disco hace una pausa con la acústica e instrumental “Hypnosis”, para recuperar el ritmo con “Disciples of the Watch”. La brutal “The Preacher” es seguida por la pegadiza “Nobody’s Fault”, que da paso asimismo a “A Day of Recording”. El álbum se cierra con la instrumental “Musical Death (A Dirge)”, que termina como comienza el álbum: a base de guitarra acústica con algún solillo de guitarra eléctrica.
En fín, es un álbum muy completo, muy thrash, que nos muestran a unos Chuck Billy (vocalista) y a un Alex Skolnick en pleno apogeo y a un grupo, en general, que hubiese podido llegar mucho más allá de lo que está ahora. A escuchar sin falta.
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